Poesía


Poner en unas líneas lo que significa la poesía, la suya propia y la de todos, es para cualquier poeta aún más difícil que meter el mar Mediterráneo, con una concha, en un hoyo de la playa.

Escribir poesía, incluso leerla atentamente, obedece a un impulso de origen misterioso que se aviene casi siempre mal con el suceder histórico, acaso porque sólo en la poesía percibimos que la vida, esa verdad y belleza presentida por tantos, puede llegar a ser el presente originario que gusta caminar dos pasos por delante de nosotros, mostrándonos el camino. ¿Y nosotros? Nosotros somos su sombra; de ahí que soñemos con ese día en que ni siquiera sean necesarios los poemas, porque el mismo vivir será poesía, naturaleza plena, cuando luz y sombra se hayan fundido, sin destruirse.